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jueves, 4 de abril de 2013

En el final, una sonrisa


Las Alas De La Vida

de Antoni P.Canet                                                          

“A todos nos quitarán todo, no nos llevaremos nada, dejaremos hecho para los demás, es nuestra única forma de trascendencia” dice Carlos.

Sobrecogedor  documental que nos lleva a lo más profundo y a la parte más desgarradora de nuestra existencia. La muerte. Ese estado físico en el que todo se termina, y la incertidumbre, a la cual “ella” nos lleva.

En el 2006 a Carlos Cristos, diagnosticado de ASM, una enfermedad sin tratamiento conocido, degenerativa e inevitablemente mortal, que comparten apenas 800 personas en el mundo, se le ocurrió crear un reportaje en el que pudiera explicar a la gente, a la humanidad, a través de imágenes reales cotidianas, como es la vida de una persona casi completamente dependiente. Dependencia que a Carlos le cuesta mucho aceptar, y es aquí donde comprensiblemente  la persona de Carlos como condición de enfermo, desea para él, continuar su vida de forma natural  renunciando a medios artificiales y que él se encarga de recalcar y subrayar que esta concepción de “no querer aferrarse a la vida” no tiene nada que ver con la idea del suicidio.

Es un aguerrido comportamiento, por lo menos es la impresión que se me queda al observarle y escucharle, y en el que se da un continuo y diario esfuerzo de cómo aceptar su enfermedad y saber convivir con la inseguridad y el desasosiego. Pero la realidad por dentro solo él la conoce. Y como él dice, “el ser humano no es fuerte si no todo lo contrario”. Y, en alguna ocasión, como vemos en el reportaje, y para nuestra desdicha, Carlos se desmorona lloroso y afligido. Lágrimas que caen también de mis ojos.

Pero sobre todo, lo más espeluznante de esta increíble y real historia es que esta afección deja intacta la capacidad intelectual mientras que la parte motora, dueña de los movimientos, que se somete a las órdenes que el cerebro emite, se ve duramente sacrificada. Y Carlos es una persona especial e inteligente, y mantiene esa lucidez, claro, en sus palabras nada más.

Cómo me va a quedar en el recuerdo por y para siempre la imagen de Carlos. Un hombre que tuvo que encontrar un mecanismo de aceptación de su condición de cara a la muerte. Porque lo inquietante de todo esto, y es ahí donde entra la medicina paliativa como cuidado permanente de los enfermos terminales, trata de no querer desde el punto de vista filosófico llegar a tener una vida vegetativa, ya que lo único que se conseguiría a la larga es un insoportable daño moral demasiado difícil de sobrellevar.

Todas y cada una de las imágenes que se muestran son de una carga altamente conmovedora y en las que se muestran diferentes planos desde diferentes perspectivas, que hacen que lo que vemos nos parezca algo lo más cercano posible a la realidad, con el fin de que no se vea nada manipulado ni alterado por el mero hecho de la grabación del documental. Podemos ver escenas íntimas, afectivas con los familiares y amigos, e incluso lo patético y cruel de la enfermedad que lleva a su sufridor  a un estado de salud grave y perjudicialmente alterado incapaz de realizar apenas movimientos.

Carlos Cristos defiende de manera constante los cuidados paliativos en los casos en que no existe un tratamiento claro para este tipo de enfermedades, y así de esta forma poder eliminar el miedo que bloquea la posibilidad de entendimiento, manejar las emociones para una mejor comunicación y poder emerger así, la confianza y el coraje muy necesarios y anhelados para plantar cara a una situación en tinieblas y  tan infinitamente delicada. Es este temor la esencia que puede ayudar a comprender mejor la medicina paliativa y así asistir de la mejor manera posible a estas personas.

La colaboración de diversos profesionales como el oncólogo Enric Benito o Javier Gómez-Batiste de cuidados paliativos, y el catedrático Jose Mª López Piñero aporta luz intelectual a la historia. ¿Qué sucede en el mismo momento de la muerte? Aclara López Piñero como “el capitalismo norteamericano, la intolerancia comunista/estalinista y el nazismo” ayudaron a la existencia de un grave retroceso de la psicología médica.

Es el querer saber y no poder entender ese momento de desenlace de la vida. Y es que verdaderamente no existen ni por asomo, “líneas de investigación acerca de las vivencias de la muerte” explica López Piñero.
“Me gusta pensar que sin la muerte todo nacimiento sería una tragedia”. Pensamiento en el que se sumerge Carlos sentado en su silla mientras observa caer la lluvia y, que desencadena voraz e inevitable este sentimiento tan lúgubre y hondo que ello me provoca.

Ojala, en ese momento en el que se marchó, en ese microsegundo del que hablaba Carlos, sintiera lo mismo mientras volaba con aquél parapente que un día construyó.


FICHA TÉCNICA

Título Original:  Las Alas De La Vida
Género:  Largometraje documental
Año:  2006
Duración:  90 min.
País:  España
Director:  Antoni P. Canet, a partir de una idea de Carlos Cristos. Ayudante de dirección: Enrique Navarro.
Reparto:  Enric Benito, Carlos Cristos, Carmela Cristos Font, Carmen Font, Olvido González, Arantza Gorospe, Omar Kapyza, Carlos Simón, etc.
Guión:   Carmen Font, Carmen Santos, Xavi García-Raffi, Francesc Hernàndez, María Tomàs, Antoni P. Canet, Jorge Goldenberg.
Música:  Enric Murillo y Carlos Cristos.
Sonido: Kiku Vidal
Fotografía: Alejandro Pla. Montaje: Juan Carlos Arroyo.
Producción ejecutiva: Enrique Navarro, Enric Alcina y Antoni P. Canet.
Productora: Gorgos. 90 min. color.
Premios: Primer Premio Mejor Película Documental Sección Tiempo de Historia 41ª Semana Internacional de Cine de Valladolid.


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